¿Quién de nosotros no ha deseado que nuestros perros pudieran hablar con nosotros, expresando claramente cómo se sienten y qué quieren? Todos queremos entender mejor a nuestros perros y es emocionante imaginar que podríamos traducir lo que dicen los perros, ya sea vocalmente o con el lenguaje corporal. La combinación de la investigación del comportamiento con la inteligencia artificial puede ser el camino a seguir hacia este objetivo.
Biólogo Con Slobodchikoff, autor del libro Persiguiendo al doctor Doolittle: aprendiendo el lenguaje de los animales, es un experto en comunicación animal. Ha pasado décadas estudiando a los perros de la pradera y ha demostrado que su sistema de comunicación es tan sofisticado que merece ser considerado un idioma. Por ejemplo, sus llamadas de alarma pueden transmitir información sobre el tamaño y el tipo de depredador. Existe evidencia de que estas llamadas tienen incluso suficientes matices para describir el color de la ropa que usa una persona.
En colaboración con un científico informático, Slobodchikoff desarrolló un algoritmo para expresar esas vocalizaciones en inglés. El objetivo de su nueva empresa, Zoolingua, es desarrollar algoritmos similares que “traducirán” los sonidos de los animales, los movimientos del cuerpo y las expresiones faciales de una variedad de especies.
Uno de los primeros proyectos de la empresa fue desarrollar un algoritmo que determinara si una oveja tenía dolor en función de las posiciones de la boca, los ojos y los oídos. La investigación sobre las expresiones faciales de las ovejas guió el proceso. (Se puede usar un sistema relacionado para evaluar si una oveja está feliz o triste).