Investigadores de la Universidad de Newcastle están explorando la posibilidad. El equipo está utilizando sensores de movimiento para rastrear el comportamiento canino dentro y fuera del hogar. Un collar impermeable de alta tecnología monitorea 17 actividades, que incluyen ladrar, masticar, beber, acostarse, temblar y olfatear.
Dirigido por el Dr. Cas Ladha, el estudio trazó un mapa de lo que consideran la línea de base o el comportamiento normal de un perro sano y feliz. Luego pueden usar esto como un punto de referencia para comparar con otros animales. Cualquier cambio de comportamiento puede ser un indicio de enfermedad o aburrimiento.
La parte realmente única es la siguiente etapa de la investigación. Ahora, el equipo del Dr. Ladha espera utilizar el comportamiento canino como una advertencia temprana para los miembros mayores de la familia en problemas. Su objetivo es desarrollar un sistema que pueda asegurar a la familia y a los cuidadores que un pariente mayor está bien, sin interferir en su privacidad. Si el comportamiento canino y el bienestar de sus humanos están vinculados, el seguimiento de la salud de una persona a través de su perro podría ser una forma ingeniosa de apoyar discretamente a un miembro mayor de la familia. El comportamiento de una mascota también podría detectar cambios sutiles que podrían revelar problemas antes de que se agraven.
Esta investigación parece tener algunas posibilidades realmente interesantes sobre cómo podemos ayudar a los amigos y familiares que envejecen. No puedo esperar para saber más mientras el equipo de Newcastle explora el siguiente paso.
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