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Ley de perros de servicio de guerreros heridos

A principios de este mes, el demócrata de Massachusetts Jim McGovern estuvo en el Capitolio para obtener apoyo para la Ley de perros de servicio de guerreros heridos. El proyecto de ley, que presentó el año pasado, otorgaría cinco millones de dólares anuales en subvenciones federales a organizaciones sin fines de lucro que entrenan perros de servicio para miembros de las Fuerzas Armadas y veteranos discapacitados. Al congresista se unió el sargento retirado del Cuerpo de Marines. Michael Garvey, su perro de servicio, Liberty, y Gloria Gilbert Stoga, fundadora de Puppies Behind Bars, un programa en el que los reclusos entrenan a Labrador Retrievers para veteranos, personas con discapacidades y agencias de aplicación de la ley.

La financiación no solo ayudaría a que los perros estuvieran disponibles, sino que también ayudaría con los gastos. Según las reglas de Asuntos de Veteranos, los miembros del servicio que buscan animales para ayudar con el trastorno de estrés postraumático (TEPT) no califican para los beneficios disponibles para aquellos con impedimentos visuales, auditivos o de movilidad, quienes reciben ayuda con la atención veterinaria y los beneficios de viaje asociados con obtención y adiestramiento de un perro.

Según un artículo de la revista Time, 40.000 soldados han resultado heridos físicamente en Afganistán e Irak, pero diez veces más presentan síntomas de trastorno de estrés postraumático. Como puede imaginar, la necesidad de perros de servicio ha ido creciendo de manera constante en los últimos años.

Estos cachorros ayudan a los veteranos a vivir vidas más independientes, aumentando la movilidad y las interacciones sociales, al tiempo que reducen el estrés y el pánico. Pueden ser entrenados para realizar funciones específicas para aquellos con TEPT o lesiones cerebrales traumáticas (TBI). Por ejemplo, si un perro ve que su pareja está teniendo un flashback o una pesadilla, iniciará un comportamiento tranquilizador, como poner la cabeza en el regazo de la persona o lamerle la cara.

Las organizaciones que colocan perros con veteranos han visto avances significativos. Un hombre se convirtió en un ávido viajero después de tener demasiado miedo de salir de su casa durante meses. Otro pudo reducir su ingesta de píldoras de 30 a dos medicamentos diferentes.

Para Michael, nadie necesita contarle las estadísticas para saber cuán invaluable se ha vuelto Liberty en su vida. “La libertad es mi punto de apoyo, me calma tan rápido”, dice Michael. “Si alguna vez me desoriento, él es como mi pequeña roca”.

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